EL ALMIRANTE LÜTJENS:
EL ÉMULO AL HÉROE


La Revista de Historia y Cultura Naval, Punta Gruesa, dependiente del Instituto Histórico Arturo Prat, reproduce en su Nº 5, del año 2000, una interesante crónica sobre el Almirante Günther Lütjens, oficial de la Kriegsmarine, que se destacaría por gallarda acometida al mando del Bismarck al momento de enfrentar a la flota inglesa, entregando la vida en aquel episodio.

La crónica que se hace mención se recuerda especialmente porque Lütjens, durante su visita al puerto de Valparaíso en 1935, habría pronunciado algunas palabras en una reunión con oficiales chilenos, ocasión en que habría confesado que la razón fundamental por la cual él desde pequeño quiso ingresar a la marina alemana, se debió a la profunda admiración que sentía por su héroe de la niñez: Arturo Prat Chacón.

Reproducimos el artículo El Emulo al Héroe del contraalmirante Antonio Alviña V., aparecido en la Revista Marina de mayo-junio 1941, Nº 502.

En su credencial social se leía sólo un nombre, simplemente Lütjens.

El subconsciente preveía la inmortalidad, no cuadraba entonces adornar esa palabra con iniciales y nada. Se dice Rayter, Nelson, Churruca; así como aquí decimos O’Higgins, Prat, Ramírez.

Tuvimos el honor de conocerlo. Cuando en 1935 comandamos el Lynch; el Karlsruhe, de su mando acoderó cerca de nosotros, a la vista del Monumento de nuestro héroe máximo.

Allí llegó a rendir homenaje, depositando una alegórica corona con los colores de la Patria suya. Sobriedad y elocuencia encerraba ella, sencillamente laureles, lo que la Gloria destina a los caídos en la Epopeya.

Una placa feliz captó el momento; su vista reciente reproducida por la prensa, nos sugirió de inmediato el mismo título con que encabezamos esta líneas: El Emulo al Héroe.

Alto y recto; seco, sin sonrisas cortesanas de ocultas intenciones, de mirada franca, recta al Destino, sin flaquezas ni temores; todo un hombre; un soldado del mar infinito.

Cayó tras gloriosas hazañas no superadas. Cayó como caen los bravos; como Prat en su desigual lucha, como Carrera en La Concepción. Bien para su Patria y ejemplo para el mundo.

Su privilegiado destino, no podía permitir que se le contase entre los sobrevivientes. Amigos y enemigos habrán de descubrirse ante su envidiable sacrificio. Nosotros, los que vestimos uniforme naval, hacemos el noble saludo militar, mudos y respetuosos ante su paso a la Gloria.

* * *

El Bismarck había atraído nada menos que a ocho acorazados, dos portaaviones, once cruceros, y veintiún destructores creando con ello una diversión que permitió la conclusión triunfal de la invasión de Creta y, a su vez, la toma de Creta había reducido la influencia británica en el Mediterráneo, allanando a Rommel el camino hacia sus futuros triunfos en el norte de África. (David Irving, obra citada, pág. 227).


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