LA PROFECÍA DE CARRERA:
¡CHILE SERÁ UNA OSCURA PROVINCIA
DEL RÍO DE LA PLATA!

Cristian Salazar Naudón


En febrero de 1817 el primer libertador de Chile, General José Miguel Carrera, regresaba a Buenos Aires desde los Estados Unidos acompañado de una flota naval formidable, que habría sido capaz de poner de inmediato a nuestro país en la punta de las naciones rectoras del nuevo continente, cambiando para siempre los destinos de la nueva república.

Sin embargo, aterrado por la posibilidad de que esta escuadra de Carrera frustrara los planes trazados por los lautarinos, Pueyrredón lo tomó prisionero en la Plata y requisó ilegalmente todos navíos, apropiándose de buena parte de los pertrechos. Carrera logró huir a Montevideo e inició desde allí una agresiva campaña por los medios de prensa, atacando sin piedad a los lautarinos y revelando detalles desconocidos de lo que sucedía en Chile con la intervención argentina sobre la república. En su proclama "A los habitantes libres de los pueblos de Chile" declararía con vehemencia:

"Están decretados los destinos de Chile. ¡Una provincia oscura de la capital del Río de la Plata! Los brazos de sus hijos, el fruto de sus sudores, servirán a sostener la fuerza de esos tiranos para esclavizarla".

La noticia del asesinato político de sus hermanos Juan José y Luis Carrera le convirtieron en un enemigo público de obra, por esos mismos días. En medio del dolor, lanzó su más elocuente publicación: "Un aviso a los pueblos de Chile", donde insistía con estas verdaderas profecías políticas:

"Están decretados vuestros destinos. Escuchad... Chile será una colonia de Buenos Aires como lo fue de España en otro tiempo. Su comercio e industria respetarán los límites que les prescriba el interés inmediato de la nueva Metrópoli. De aquí saldrán Gobernadores para sus provincias, Magistrados para sus pueblos, Generales y Ejércitos para sus fronteras. La suma de las necesidades formará la suma de las contribuciones. La Independencia de la América debe fijarse por la mano diestra de una Aristocracia inflexible. Los porteños en Chile y los chilenos en Buenos Aires sostendrán estos planes filantrópicos y serán alternativamente los instrumentos y las víctimas".

"La expedición a Lima se costeará con la sangre chilena, y los soldados de Buenos Aires conservarán por el terror la conquista de Chile. Ganando batallas con jefes iniciados en el gran misterio, será Buenos Aires, cual otra Roma, la capital que dará las leyes al Continente del Sur".

"El proyecto ni es difícil ni es injusto, desde que los principios inmutables de la razón y la naturaleza consignaron el mando a la sabiduría; a la obediencia a la estupidez. Respetando las preocupaciones de los pueblos, lisonjeando sus caprichos, y acariciando su orgullo, empezarán a ceder por la fuerza, continuarán por la política, y acabarán por la costumbre. Déjese al tiempo la sanción de la legitimada de su dependencia. Si aparecen algunos seres, capaces por la energía de su carácter de atravesar el proyecto, que mueran con las apariencias del crimen, que son las que justifican los atentados en el concepto de la multitud, siempre crédula, fanática y supersticiosa".

"¡Ved, Chilenos, la suerte que os prepara el Club de Aristócratas de Buenos Aires! De esta asociación nocturna de Tiranos salió el fallo de muerte contra los Carreras, mis hermanos, vuestros amigos, nuestros Compatriotas, los defensores de la Libertad de su Patria".

"Destinado está Chile para constituir uno de los grandes Estados de la Confederación del Sur, en que debe partirse la vasta extensión del Continente. Su posición física y geográfica, su situación política y moral, su riqueza, su industria, su numerosa población (Pasa de un millón de habitantes), no dejan un lugar al problema del cálculo de las naciones libres, e ilustradas. ¿Y podría alguno persuadirse que cuando está en los intereses generales del Mundo la aceleración de esta época dichosa, habían de calificarse las aspiraciones a su Independencia en el número de los criminales contra la causa de América? Pero las pasiones no calculan. Los Aristócratas de Buenos Aires, queriendo sofocar los votos de la naturaleza para esclavizaros, acaban de asesinar brutalmente a dos Patriotas ilustres, a quienes vuestra amistad formó el proceso sin advertirlo. Murieron porque su mérito y patriotismo les labraron un lugar preferente en vuestra opinión. ¡Ah, y que pronto les seguirán al patíbulo los que se atrevan en pensar en la Independencia y la Libertad!"

"¿No veis repartido el gobierno de las provincias entre la Aristocracia y estacionado el Ejército auxiliar en vuestro territorio? ¿No veis arrebatar vuestros caudales para enriquecer a vuestros opresores? ¿No veis arrancar a los chilenos de sus hogares, del seno de sus familias, de los brazos de sus tiernos hijos, para sostener con sangre el poder de los Tiranos en las riveras del Río de la Plata? ¿No veis a nuestros hermanos expatriados y repartidos en las haciendas de Mendoza para servir como viles colonos? ¿No veis en la inicua ejecución de los Carreras deshonrada la Nación en medio de sus triunfos? (Aterrados los asesinos por su propia conciencia, y queriendo dar algún colorido a tan horrible crimen, nombraron una comisión de abogados de las Provincias Unidas vendidos al poder y a la historia, para que suscribiesen en calidad de jueces la sentencia que suscribieron de San Martín y O'Higgins. Los Carreras fueron ejecutados en el término de dos horas, sin ser juzgados, ni respetada la inmunidad en un territorio extranjero. Tal ha sido siempre la conducta de los Tiranos en todos los tiempos y en tonos los países. El célebre demócrata, el autor del periódico de Buenos Aires "Mártir o Libre", Bernardo de Monteagudo, fue el conductor de la orden y dio uno de los doctores infames de aquella comisión política para bajar a la posteridad con el carácter de verdaderos asesinos) ¿No veis en O'Higgins y San Martín el carácter bárbaro y feroz de los Morillos y los Morales, que inundaron de sangre americana las fértiles campiñas de Caracas y Bogotá?"

"¿A qué esperáis, chilenos, para sacudir ese pesado yugo  con que pretenden vuestros libertadores (original en cursiva) unciros al carro de sus caprichos ambiciosos? Examinad esos documentos y en el sacrificio cruento de los Carreras, en ese sacrificio que no pudo suspender ni el clamor de una familia ilustre, ni los ruegos de Chile, ni los gritos de la humanidad, ni la vos imponente de la justicia y de las leyes; en él leeréis vuestra sentencia. Los mejores ciudadanos irán a la tumba de uno en uno; morirán con el valor de las primeras víctimas (Sábese por cartas contestes que los patriotas Juan José y Luis de Carrera salieron al cadalso para morir con un valor que realza el brillo de sus virtudes. Hasta el último aliento sirvió para honrar la memoria de su Patria); se formará un proceso a los ejecutores para seducir la opinión; los pueblos se abandonarán a la duda; los Tiranos quedarán triunfantes; y la Patria en cadenas. Santa Fe sin recurso se sostiene contra los esfuerzos del despotismo, ¿y vosotros con poder permanecéis en la apatía de los esclavos para ser el ludibrio de las naciones, y el oprobio de nuestra descendencia?"

"No chilenos, no. Es bien conocido vuestro carácter para que pueda dudarse de vuestros sentimientos. El ultraje hecho en la sangre de los Carreras a la nación entera agitará en vuestra justa indignación, y la familia y sus amigos, que lloran hoy sobre sus sepulcros, bendecirán un sacrificio, que afirme para siempre la Independencia de la Patria sobre las cenizas de sus bárbaros opresores".

"José Miguel de Carrera"

"Junio 24 de 1818"

Hoy, en un nuevo aniversario del artero asesinato del prócer en territorio argentino, el 4 de septiembre de 1821, vemos cómo la siniestra "solución" al asunto limítrofe de Campo de Hielo Patagónico Sur nos trae a el recuerdo de la profecía del General José Miguel Carrera, Primer Presidente de Chile, al pronosticar a su país convertido y sometido a la voluntad monitora del vecino, cual oscura provincia en la marginalidad del Río de la Plata.


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